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Gratitud

“Practica la gratitud diariamente y tu vida cambiará en modos que nunca imaginarías.”





 La gratitud, al igual que la ley de atracción, es una de las fuerzas más poderosas en el universo. Cuando sentimos gratitud, sentimos amor, gozo, aprecio, humildad y paz. También atraemos aún más experiencias en nuestras vidas por las cuales sentir agradecimiento.

Mucha gente cree que Dios nos envía constantemente abundantes bendiciones, pero en verdad, Dios es la abundancia. Cuando pedimos algo, sencillamente extraemos parte de la abundancia de Dios. Nuestro trabajo no es manifestar abundancia, sino demostrarla, por medio de la comprensión de que Dios es la abundancia que buscamos.

 La gratitud atrae mayor abundancia y tiene efectos maravillosos en nosotros. Cuando estoy agradecida, me siento liviana, puedo vivir el presente. Me olvido de las cosas pequeñas por las que me preocupo, aun de las grandes. Me siento en paz, no pienso en mí misma, sino que pongo mi atención en lo que pasa fuera de mí.

Veo lo que me rodea. Puedo sentarme tranquilamente y observar la naturaleza. Puedo observar las aves y las flores. Ellas llaman mi atención, y agradezco que puedo verlas. Mi gratitud me trae aún más paz y conciencia, y todo sigue progresando a ese ritmo. Mi corazón se abre. Me siento feliz y llena de gozo.

Veo el cielo y las nubes y veo que cambian. Sentada a la orilla del océano veo los botes de vela y las aves que se zambullen para pescar comida. El mundo parece etéreo. Soy una con Dios y todo está bien.

La gratitud me pone en contacto consciente con Dios. Cuando siento agradecimiento, la química de mi cuerpo cambia. Aprecio mi vida y toda la gente en ella. Agradezco mi amistad con gente muy cercana a mí que me apoya, mis tiernos lazos de amor con mis nietas y mi trato con mis amigos y colegas. En este mismo momento, mi corazón canta.

Cuando sentimos gratitud, nuestros rostros brillan y nuestros ojos se iluminan. Otros se sienten atraídos a nosotros. Cuando sentimos gratitud, vemos a Dios en todo y en todos. Somos más amables, más gentiles y compasivos. Encontramos las palabras correctas que decir para ayudar a otros.

por Rev. Ruth Wallace, de Secretos sagrados

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